Lisa, una trabajadora humanitaria asociada a Oxfam, describe la lucha diaria por comida en Gaza
Ha sido un día largo. Y ahora estoy horneando. Cuando estoy cansada me gusta hornear pan y cocinar algo – me relaja, escribe Lisa, una trabajadora humanitaria de Gaza, que colabora con Oxfam.
Hoy tenemos algo de harina, cosa rara, así que estoy haciendo pan de harina integral. Y estoy haciendo pisto. Tenemos mucha verdura que cosechan los campesinos de la Franja de Gaza, ya que ahora no tienen acceso a los mercados fuera de la franja. Hoy también hay pimientos, lo que significa que algunos alimentos pudieron cruzar el bloqueo – los vegetales más especiales provienen de Israel.
Estoy cocinando en un prototipo de horno solar, un gran invento que ojalá pudiera comercializarse, ya que es crucial cuando apenas hay gas. Una bombona de gas que dura dos semanas en un hogar de familia numerosa cuesta cerca de 10,10 euros – lo cual es mucho dinero cuando la mayor parte de las personas están en el paro.
Hay otros proyectos que ayudan a los habitantes de Gaza a ser auto-suficientes, por ejemplo, un plan para la cría de conejos. Sin embargo, este proyecto también ha tenido que hacer frente a problemas, como obtener las vacunas necesarias para inmunizar a los conejos. Quizás la solución sería pasar las vacunas en un pequeño envase refrigerado.
Desde el pasado mes de junio el bloqueo es completo, con excepción de los alimentos más esenciales. No podemos obtener cemento o acero, tampoco recambios de maquinaria, como la de las bombas depuradoras de agua. Se teme que puedan contener potenciales componentes de misiles.
La postura de la gente en estos últimos días sobre el bloqueo completo ha sido más o menos la misma. La gente aquí es muy fuerte, y ya hemos tenido cortes totales de suministros previamente, especialmente en el 2006 cuando fue bombardeada la estación eléctrica. Lo que sí generó pánico entre la gente fue la carencia de harina: nunca antes nos había pasado. Para mucha gente el pan es lo único que comen diariamente – quizás con una pasta de pimientos o si tienes suerte con zatar (una mezcla de tomillo con otras hierbas utilizada para el desayuno y entre comidas). La perspectiva de perder este único alimento fue aterradora.
Intentamos ayudar suministrando a los hogares una cesta semanal de vegetales frescos, que provienen de las huertas de la zona. Nos resulta muy difícil elegir a los beneficiarios, ya que todos están igual de necesitados.
Las personas que realmente lo están pasando peor son aquellos que antes del bloqueo tenían trabajos bien pagados, aquellos que trabajaban en Israel o en las fábricas en la frontera próxima al cruce de Eretz. Se puede percibir el proceso de erosión psico-social – ataques cardíacos, depresión, furia, violencia, que está ocurriendo en ellos.
La situación es tan mala, y ha sido así durante tanto tiempo, que la carencia de gas y harina parecen ser sólo otro síntoma de una crisis prolongada. Gaza vive en un status quo de desesperanza. La gente aprende a vivir con ella porque no pueden ir a ningún otro lado. No tienen alternativas.
*El nombre de la autora ha sido modificado para proteger su identidad.
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